Sin duda, el atún es uno de los grandes referentes culinarios de las cocinas mediterráneas y asiáticas. De sabor suave y de textura tierna y carnosa, el atún, por su versatilidad, ofrece mil y una maneras de prepararlo, cocinarlo y disfrutarlo.
Por otra parte, el atún tiene múltiples propiedades. Rico en ácidos grasos omega 3, se le considera un alimento cardiosaludable. Además, tiene una elevada cantidad de proteínas y aporta muchas vitaminas, fundamentalmente la A, la D, la B3 y la B12, sin olvidar minerales tan importantes como el fósforo, el magnesio, el hierro y el yodo.
Usado y consumido de manera común en conservas para acompañar nuestras ensaladas, el atún es, sin embargo, un gran desconocido por la infinidad de posibilidades culinarias que ofrece.
Sabores de Carmen te propone un viaje gastronómico por las almadrabas gaditanas, en compañía de los pescadores barbateños y de los maestros salazonadores, para descubrir los mil y un rostros del atún.
La primera parada de nuestro viaje, la dedicaremos al “tarantelo”, sin duda una de las partes más exquisitas del atún. El tarantelo forma parte del lomo blanco del atún y se ubica justo entre la ventresca y la cola blanca. Presenta un menor porcentaje de grasa que la ventresca y tiene un color más rojizo.
Se suele utilizar para marcar en la plancha, tatakis y elaborar el plato típico de la zona de Cádiz, como es el atún encebollado. Pero, el tarantelo es, también, una de las mejores conservas que puedes probar y para acompañarlo solo necesitas de un trocito de pan crujientito y de una copita de vino de Jerez o un Jarel seco y afrutado